sobre Nosotros

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Quienes somos

Somos Radio Mosoq Kawsay, emisora cristiana que predica la palabra del Señor en quechua y español.

Queremos ser una bendición para ustedes compartiendo material de edificación, reflexiones, himnos y enseñanzas bíblicas. Siguiendo el mandato de Mateo 28:19-20, buscamos hacer discípulos y fortalecer tu fe.

Programación

Nuestra Misión

Predicar la palabra de Dios, a través de los medios de comunicación y presentarles el evangelio de Jesucristo a los no creyentes y fortalecer a los creyentes su fe en cristo.

Nuestra Visión

Compartir el mensaje de Dios a través de los medios de comunicación y plataformas en diferentes ciudades y departamentos, hasta donde Dios nos permita.

Porque Escucharnos

Tu fuente de Inspiración que Necesitas

Escucha nuestras enseñanzas y programas diseñados para fortalecer tu fe y llenar tu vida de paz.

Alimenta tu alma

Encuentra esperanza, paz y guía espiritual en la palabra de Dios, transmitida con pasión y autenticidad por nuestros pastores y líderes.

Crece tu fe

Profundiza en tu conocimiento de la Biblia y fortalece tu relación con Dios a través de nuestros estudios bíblicos, sermones y programas devocionales.

Interesting Topic

Experimenta la transformación espiritual y la renovación personal a través de la oración, la alabanza y la adoración en vivo, llevando el mensaje a tu corazón.

disfruta de la sintonia

Un Mensaje de Amor y Fe con tu Voz Cristiana

Sintoniza RADIO MOSOQ KAWSAY y deja que la palabra de Dios llene tu vida con esperanza y fortaleza. Transmitimos las 24 horas del día en Quechua y Español, llevando el mensaje de salvación y el amor de Jesucristo a cada rincón. Únete a nosotros en esta misión divina y fortalece tu fe junto a nuestra comunidad.

 

Nuestros Ultimos Proyectos

 

Radio Mosoq Kawsay está ampliando su alcance a través de nuevos proyectos como una nueva estación de radio, una aplicación móvil, un programa de estudio bíblico y una iniciativa de extensión comunitaria. También estamos traduciendo contenido al español y colaborando con otras organizaciones para llegar a más personas.

Nuestro estudio bíblico para jóvenes es un espacio dedicado a la enseñanza y reflexión sobre las Escrituras, específicamente diseñado para adolescentes y jóvenes.

Estos retiros son una oportunidad para desconectar del ritmo diario y dedicarse a la reflexión, la oración y el crecimiento espiritual. 

Los campamentos juveniles son experiencias inolvidables a través de diversas actividades al aire libre, estudios bíblicos interactivos.

Inspiración Divina

Nuestra Declaración de Fe

Nuestra declaración de fe cubre nuestras creencias sobre las Escrituras, Dios, Jesucristo, el Espíritu Santo, el hombre, la Iglesia y el futuro, guiando nuestra vida, enseñanza y práctica diaria.

De las Sagradas Escrituras

Creemos

Las Sagradas Escrituras, compuestas por 66 libros, son inspiradas por Dios en su redacción original, tanto verbalmente como completamente (2 Timoteo 3:16). Redactadas por hombres inspirados y controlados por el Espíritu Santo (2 Pedro 1:19-21), el Antiguo y Nuevo Testamento son absolutamente inerrantes y libres de cualquier contradicción (Salmo 19:7-11; Mateo 5:18; Juan 17:17).

La Palabra de Dios es completa, sin necesidad de agregarle o quitarle nada (Apocalipsis 22:18-19), infalible y eterna (Salmo 119:128; Mateo 24:35; 1 Pedro 1:23-25). Es la suprema revelación de la voluntad de Dios y la única autoridad para el creyente en todo asunto de fe y práctica (Juan 5:39; Romanos 15:4; 1 Corintios 2:13; 1 Tesalonicenses 2:13). Sometemos todas nuestras creencias y prácticas a los principios inmutables de la Palabra de Dios.

De la Doctrina de Dios

Único Dios

En la existencia de un solo Dios verdadero (Deuteronomio 6:4; Jeremías 10:10; Romanos 1:20), creador y supremo soberano del universo (Génesis 1:1; Jeremías 10:12; Juan 1:1-3).

Atributos

Dios es espíritu (Juan 4:24), eterno (Génesis 21:33; Salmo 90:2), soberano (Romanos 9:15-16), santo (Isaías 6:1-5), infinito (1 Reyes 8:27), inmutable (Números 23:19), verdad (Juan 17:3), omnipotente (Jeremías 32:17), omnisciente (Job 34:21), omnipresente (Salmo 139:7-12), justo (Salmo 145:17) y amor (1 Juan 4:8). Dios es el único digno de adoración, confianza y obediencia (Isaías 6:3; Deuteronomio 10:12; Mateo 4:10; Marcos 12:30; 1 Timoteo 1:17).

La trinidad

Dios existe eternamente en tres personas: Dios el Padre (Salmo 19:1; Efesios 4:6), Dios el Hijo (Juan 1:1-3, 14; 10:30; Hebreos 1:8) y Dios el Espíritu Santo (Juan 4:24; Hechos 5:3-4), iguales en esencia y atributos, pero distintos en personalidad y función. El Hijo y el Espíritu Santo se someten al Padre por autoridad, no por superioridad (Juan 12:49-50; 14:26).

De la Creación

Creemos

Dios creó todo el universo y toda vida en seis días literales, sin materia preexistente ni evolución, a través del poder de su Palabra (Génesis 1:1; Éxodo 20:11; Colosenses 1:15-16; Juan 1:3; Salmo 8:3-4; 33:6-9; Hebreos 11:3). Aceptamos el relato de la creación en Génesis 1 y 2 de manera literal. Además, Dios no solo creó el universo, sino que lo sustenta y guía hacia su fin predeterminado (Colosenses 1:17; Efesios 1:9-10).

Del Señor Jesucristo

Su Deidad

Creemos en la deidad absoluta de Dios el Hijo, el Señor Jesucristo (Isaías 7:14; Mateo 1:23; Colosenses 2:9), preexistente con el Padre (Juan 1:18), quien participó activamente en la creación (Colosenses 1:15-17). Nació de la virgen María por obra del Espíritu Santo (Mateo 1:18, 20; Lucas 1:35), sin intervención humana (Isaías 7:14; Lucas 1:34-35). Jesús es el único Dios-hombre (Mateo 16:13-16) y se hizo hombre para revelar al Padre (Juan 1:18; 14:7-11).

Su Kenosis

Creemos que Jesús, al venir a la tierra, se despojó temporalmente de algunos atributos divinos sin dejar de ser Dios (Filipenses 2:5-8; Juan 1:14; Mateo 17:2; 24:36).

Redención

Creemos que Jesús vivió una vida sin pecado (Juan 8:46; 1 Pedro 1:19; 2:22), murió voluntariamente en la cruz como sustituto por los pecados de la humanidad (2 Corintios 5:21; Romanos 5:8), y que su muerte proporcionó propiciación completa (1 Juan 2:2). Él es la única esperanza de salvación y el único mediador entre Dios y los hombres (Juan 14:6; 1 Timoteo 2:5).

Resurrección

Creemos que Jesús resucitó corporalmente al tercer día (1 Corintios 15:3-9) y ascendió al cielo, donde intercede por los creyentes (Hebreos 7:25; 9:24; Romanos 8:34; 1 Juan 2:1).

Retorno

Creemos que Jesús vendrá para arrebatar a los creyentes en el rapto (1 Tesalonicenses 4:13-18; Juan 14:1-4), juzgará a los creyentes en el tribunal de Cristo (1 Corintios 3:10-15; 2 Corintios 5:10), y luego regresará para establecer su reino milenial (Apocalipsis 19:11-16; 20:1-3). Después del reino, derrotará a Satanás y a sus seguidores, juzgará a los incrédulos en el juicio del gran trono blanco, y los condenará al lago de fuego (Apocalipsis 20:7-15).

Del Hombre y la Salvación

Creemos

Que el hombre fue creado a imagen de Dios (Génesis 1:26-27), pero a través del pecado de Adán, la naturaleza humana se corrompió y la separación de Dios se instauró (Romanos 5:12). Todos los seres humanos están inclinados al pecado y no pueden salvarse por sí mismos (Romanos 3:23; 6:23), estando bajo condena y necesidad de redención.

La salvación es un don gratuito de Dios, recibido solo por la fe en el Señor Jesucristo (Efesios 2:8-9). Jesucristo, mediante su sacrificio en la cruz, posibilita la reconciliación con Dios (2 Corintios 5:18-19). La salvación requiere arrepentimiento, fe en Cristo y una vida transformada por el Espíritu Santo (Hechos 3:19; Juan 3:16; Romanos 10:9-10).

Los creyentes deben vivir una vida que refleje la transformación hecha por Cristo, guiados por el Espíritu Santo (Gálatas 5:22-23). Esto incluye obedecer las Escrituras, adorar a Dios y proclamar el evangelio (Mateo 28:19-20; 2 Timoteo 3:16-17).

 

 

De los Seres Espirituales

Sostenemos

Dios creó una gran multitud de seres espirituales, conocidos como ángeles (Colosenses 1:16; Hebreos 12:22; Apocalipsis 5:11). Estos seres tienen un rango superior al de los humanos (Salmo 8:4-5) y fueron creados para adorar a Dios (Salmo 148:2; Isaías 6:3), servir como mensajeros (Jeremías 49:14), y proteger a los creyentes (2 Reyes 19:35; Salmo 34:7). Los ángeles están caracterizados por santidad, poder y sabiduría, y hacen la voluntad de Dios continuamente.

Satanás, también conocido como el diablo (Apocalipsis 12:9; 20:2), es un ángel caído que se rebeló contra Dios (Isaías 14:12-15) y se convirtió en el autor del pecado. Aunque busca frustrar los propósitos de Dios y engañar a los hombres (Mateo 4:2-11; Efesios 4:14; 1 Pedro 5:8), está limitado por la voluntad divina y su destino final es el castigo eterno (Mateo 25:41; Apocalipsis 20:10). Además, muchos ángeles caídos se convirtieron en demonios, colaborando con Satanás en sus propósitos malignos y están destinados al mismo castigo eterno (Mateo 25:41; Apocalipsis 20:2, 10).

Del hombre

Principios

Creemos que Adán, como cabeza natural de la humanidad, fue creado directamente por Dios y no por evolución (Salmo 100:3). Creado a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:26-27), Adán era originalmente inocente y sin pecado (Génesis 2:7). Poseía santidad y elementos de personalidad, como intelecto, emociones y voluntad (Génesis 2:15-25), y gozaba de libre albedrío y perfecta comunión con Dios (Génesis 3:8-10).

Creemos que Adán, al transgredir voluntariamente, cayó de su estado original de inocencia y pecado (Génesis 3:1-7; Romanos 5:19). Su pecado trajo muerte física y espiritual, heredada por toda la humanidad (Romanos 3:23; 6:23; 5:12). Como resultado, todo ser humano nace con una naturaleza pecaminosa y está bajo condenación eterna sin esperanza (Romanos 1:18-32; 2 Tesalonicenses 1:6-9). Los niños, aunque nacen con una naturaleza pecaminosa, no son condenados hasta alcanzar la responsabilidad moral (2 Samuel 11:27; 12:14-23).

Creemos que el hombre, afectado por la depravación total en su intelecto, emociones y voluntad (Tito 1:15-16), es incapaz de salvarse por sí mismo. Necesita pasar de muerte a vida, una salvación que solo Jesucristo puede ofrecer (Juan 5:24; Romanos 6:23; 5:18; Tito 3:5).

La Salvación

Creemos

Creemos que la salvación es un regalo inmerecido de Dios, ofrecido por gracia a través de la fe en Jesucristo (Efesios 2:8-9). Esta salvación es una obra completa de Dios, no basada en las obras humanas, sino en la redención realizada por Cristo en la cruz (Tito 3:5). La fe en la obra de Cristo es el único medio para recibir el perdón de pecados y la vida eterna (Juan 3:16; Hechos 4:12).

Creemos que la salvación implica una transformación espiritual, donde el creyente es justificado ante Dios, siendo declarado justo por la fe en Jesucristo (Romanos 5:1; Gálatas 2:16). Esta justificación resulta en la regeneración del creyente por el Espíritu Santo, quien lo sella y lo transforma para vivir en obediencia a Dios (Juan 3:5-6; Efesios 1:13-14). El creyente es adoptado como hijo de Dios y recibe la vida eterna como parte de su herencia (Romanos 8:15-17).

Creemos que la salvación se evidencia en una vida transformada, marcada por el fruto del Espíritu y el crecimiento en la santidad (Gálatas 5:22-23; 2 Pedro 1:5-8). El proceso de santificación es continuo hasta el regreso de Cristo, quien recompensará a los fieles con la vida eterna y una entrada abundante en su reino (1 Juan 3:2; 2 Timoteo 4:8). La seguridad de la salvación se basa en la fidelidad de Dios y la obra terminada de Cristo, garantizando que nadie puede separarse del amor de Dios (Romanos 8:38-39).

La Seguridad del Creyente

Creyente

Creemos que la obra de Cristo en la cruz es completa y suficiente para la salvación (Juan 19:30). Toda persona que ha puesto su fe en Cristo y en Su obra redentora posee vida eterna y está eternamente segura en Él (Juan 6:37-40). Es imposible que una persona que ha nacido de nuevo en la familia de Dios pueda perderse, ya que está guardada por el poder de Dios (Juan 10:27-30; Romanos 8:11, 16, 28-39; 1 Corintios 1:4-9; Filipenses 1:6; 1 Pedro 1:5; 1 Juan 2:19; Judas 1).

Creemos que los creyentes deben regocijarse en la confianza personal de su salvación presente, basada en la manifestación de la presencia de Cristo en sus vidas y en la veracidad de la Palabra de Dios (1 Juan 5:11-13). Esta confianza no solo asegura la salvación eterna, sino que también fortalece la fe y la seguridad en la obra de Cristo.